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sábado, 5 de marzo de 2011

Maxime Bertrand: "Voy a extrañar el sol...y los asados"


Su larga figura, su talento y el derroche de habilidad para manejar la bocha nunca pasaron inadvertidos en las canchas. Algunos preguntaban ¿quién es ese jugador? Con el paso del tiempo, Maxime Bertrand mostró su sello y su estilo maravilló a más de uno. El belga paseó su talento por el hockey tucumano, pero por esas cosas del destino algún día tenía que volver a su país natal. Vía e-mail, Bertrand le contó a LA GACETA su paso por Tucumán.

- ¿Cuál es el mejor recuerdo que te quedó de Tucumán y qué cosas vas a extrañar?
- Son muchos... Los viajes que hice por Argentina con los equipos. La medalla de plata del Sub-18, los títulos, los asados, y los amigos que coseché. Voy a extrañar el sol -acá en Bélgica sale poco- y, más que nada, los asados.

- Jugando en un hockey de menor nivel que el belga, ¿sentís que sufriste un retroceso o no hubo diferencia?
- Costó recuperar mi estado físico porque allá los varones no se entrenan mucho. De la técnica no perdí nada; es más, aprendí cosas del estilo tucumano que aquí en Bélgica no se practican.

- ¿Qué impresión te dejó el hockey tucumano?
-En mujeres hay muchas jugadoras con una gran motivación. Tienen un potencial muy alto y pueden lograr algo grande a nivel nacional. En varones hay más jugadores de experiencia, muy poca juventud y cero estructura para niños. A pesar de ello me impresionaron los chicos que entrené del Sub-16 y Sub-18. Con muy poco los chicos se coronaron subcampeones argentinos. Son fuertes mentalmente.

- ¿Y tu paso por el seleccionado?
-Estuvimos cerca de ganar una medalla. Teníamos equipo para lograrlo, pero sufrimos algunas lesiones y la ausencia de jugadores de muy buena calidad que están en Europa. La experiencia fue muy linda. Es un hermoso recuerdo.

- ¿Qué significó San Martín?
- Conocí a gente muy buena y sé que allá tengo una familia. José Contreras me ayudó mucho cuando llegué. Tambien fue un placer jugar al lado de Marcelo Del Negro.

- ¿Vas a volver?
- Puede ser. Me encantó residir un año en Tucumán. Y sí... me gustaría vivir otra vez esos lindos momentos. Todo es posible...

Fuente: La Gaceta

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